Novena semana.

En esta nueva semana la afrontamos con la vista puesta ya en la realización de los trabajos y la proximidad de los exámenes finales, tuvimos dos clases de didáctica de gran valor educativo.
La primera clase fue la del martes y comenzó con nuestra compañera Sara Bravo hablando sobre el cruel asesinato de un niño a manos de la pareja de su madre, todo esto para que este último causara dolor y daño a la madre del hijo, todo esto sucedió en la localidad valenciana de Alzira, de donde nuestra compañera reside habitualmente, ya hemos resumido a groso modo la noticia,  pero dejamos un enlace para que si alguien está interesado o interesada pueda profundizar más en este repugnante hecho. http://www.levante-emv.com/sucesos/2017/11/14/parricida-alzira-confeso-mato-hija/1641383.html
La clase prosiguió con nuestro profesor Carles Monclús aclarando y dando una definición de lo que es la violencia de genero, ya que este concepto se usa erróneamente muy a menudo por los medios de comunicación, sólo podemos hablar de violencia de genero cuando la realiza una persona de genero masculino y la sufre una persona de genero femenino.




Acto seguido Carles leyó un texto que hacía referencia al tacto que se tiene que tener en la escuela con los alumnos, la anterior clase nos había mandado leer una serie de páginas del libro “tacto en la enseñanza” de Van Manen, en el que se explicaban distintos casos en los cuales el profesor o profesora trataba de una manera especial a una serie de alumnos que tenían diferentes tipos de problemas en el aula y fuera de ella.
La manera de trabajar estos textos fue realizando en clase grupos cuatro o cinco personas y nos repartimos las diferentes historias entre todos los grupos de la clase, en este caso a mi grupo nos tocó “el tacto preserva el espacio del niño o niña” y el texto contaba la historia de Corey que era una niña que tenía mucha vergüenza cuando estaba realizando una exposición de ciencias en clase. A causa de esto algunos alumnos se empiezan a reír de ella y otros simplemente hacen como que no la están escuchando.
Ante esto Corey se queda paralizada, sin poder reaccionar,  la profesora le da una tiza para que pueda apuntar en la pizarra las ideas básicas y así proseguir con la exposición, y poder ayudarle en un momento difícil para la alumna.
De esta historia podemos decir que la profesora aporta una solución muy válida al problema que tenía la alumna, gracias a ella puede salir de un momento embarazoso y ayuda a que la alumna no guardé este recuerdo como un momento trágico debido a una fatal experiencia.
Una vez finalizado esto, Carles realizó una reflexión en la que afirmó que si una clase por la razón que sea no funciona correctamente, es culpa del maestro o maestra que no sabe la forma de poder sacar lo mejor de cada uno de sus alumnos, y que en los profesores de la etapa primaria es más común el sentimiento de tener una falsa seguridad. 
Nosotros coincidimos con su opinión y pensamos que para que un alumno de lo máximo de si, la maestra tiene que crear un clima donde el alumnado se sienta cómodo y le sea más fácil la adquisición de nuevos conceptos, así como que se debe atender a cada alumno de una forma diferente que a sus compañeros, puesto que cada uno tiene sus propias características.
Para finalizar la clase del martes, nos pusimos por grupos para adelantar el trabajo de didáctica general.

La segunda clase de la semana fue el jueves, y comenzó con nuestra compañera Mar Salas poniendo un vídeo que se titula “ser maestro” https://youtu.be/oVeoPL3AjO8 en el que aparece la historia de un alumno con un problema que no le deja ser como el resto de alumnos en la escuela, y por eso suspende y se harta del estudio, hasta que aparece un nuevo profesor que se fija en el, y le dice que el de pequeño tenía el mismo problema, entonces el profesor ayuda al joven en todos sus problemas, emplea muchas horas extraescolares en ello, hasta que con mucho esfuerzo y superación el joven logra la obtención del graduado.
Personalmente en un futuro me gustaría mucho parecerme a ese profesor que se desvive por el alumno, que entiende el problema y no cesa hasta poder solucionarlo, digno de admiración, me llegó a emocionar. 
El vídeo tiene relación con el tacto, que lo trabajamos el día anterior, y con el efecto pigmaleon.
La clase prosiguió y en esta ocasión íbamos a dar los espacios de la clase, que esto quiere decir la manera en la que se distribuye y se organiza el aula, así que nos juntamos por parejas y Carles nos dijo que dijéramos cual era para nosotros la manera ideal de organizar nuestra aula.
Llegamos a la conclusión que la forma ideal para organizar nuestra clase era por grupos de ocho o diez personas, donde todos tengan un acceso fácil a mirar la pizarra, así que manos a la obra y movimos las mesas para ubicarnos de esa forma indicada.
Una vez en grupos Carles a cada uno le asignó un ciclo educativo desde infantil a tercer ciclo de educación primaria, y nos dijo que por grupos ideáramos la organización ideal del aula, para posteriormente salir a la pizarra dibujarla y explicarla, a mi grupo nos tocó tercer ciclo de primaria, y llegamos a la conclusión de que lo ideal sería poner a los alumnos por grupos de cinco, todos con visión perfecta a la pizarra, cada miembro del grupo ocuparía un sitio diferente cada día, y al mes de clase los grupos se cambiarían, en el fondo de la clase se ubicaría el perchero y un mural donde colgar los trabajos, a la izquierda estaría la biblioteca y un archivador.
Cada grupo propuso una forma diferente, todas válidas dependiendo de la forma de trabajar que imponga el maestro, es decir si se pretende trabajar por proyectos la distribución idónea sería por grupos de cinco o seis alumnos, si lo que se busca es que el alumnado trabaje de manera individual la distribución podría ser en forma de “U” cada uno en su mesa y todos de cara a la pizarra y al profesor o profesora.
La distribución en el aula irá en función de la actividad que se propone para trabajar, pero todos coincidimos en que en la educación infantil lo ideal es por grupos de cinco o seis alumnos.
Desde mi propia experiencia puedo decir que salvo en la educación infantil, nunca he estado sentado de otra forma que no sea de manera individual o por parejas, y es cierto que me hubiera gustado poder trabajar
de otra forma, ya que a mi se me hacía muy monótono y soporífero.
Pienso que no se nos ponía de otra forma porque se quería preservar el silencio ante todo en el aula, pero como dijo Carles, el niño aprende más cuando se relaciona con el resto de compañeros y en mi etapa primaria no pude disfrutar de eso, se daba más importancia al silencio que a la forma de aprender, hoy en día esto ya está cambiando afortunadamente, ya que pienso que no sólo se tiene que educar en conocimientos académicos, si no también en valores como la cooperación y el saber escuchar a los compañeros de grupo.

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